21 oct 2013

The Bling Ring: la película de los que se creen guays

Basada en hechos reales, “The Bling Ring” es la nueva película de Sofía Coppola, en la que la directora vuelve a retratar la adolescencia, esa etapa de encrucijada personal en el que el individuo lucha consigo mismo para encontrar su identidad y un lugar en el mundo. Precisamente, la filmografía de Coppola gira en torno a esta obsesión: ilustrar personajes que no encajan en su contexto, que replantean sus vidas en la búsqueda de sí mismos.

En este caso, se narra la historia de una pandilla de jóvenes que roban en las casas de los famosos y que entre 2008 y 2009 sustrajeron objetos personales de los personajes por valor de tres millones de dólares. Aunque la película parece enaltecer estas conductas, no hace sino una caricatura de los personajes, e intenta que el espectador se empape de la banalidad que envuelve sus vidas. Realmente es una crítica a la sociedad y valores contemporáneos, que puede ser malentendida por el espectador que ya está impregnado de la forma de vida y gustos de los protagonistas.

En la película, los personajes no tienen una identidad propia sino que dedican sus vidas a construirlas con pequeños retazos que les da la sociedad de consumo. Dedican a crear una estética e ideales “robando” la de las personas famosas a las que admiran. Emplean su tiempo en zambullirse en las vidas ajenas, idolatrándolas y llevándolas a las más altas cotas de mitificación. Viven por tanto una mentira consumista, un éxtasis de superficialidad sin que puedan tener una realidad propia a la que sostenerse, ya que creen poder construir sus vidas con pinceladas de otras.

Y esto no es otra cosa que el tiempo en el que vivimos. Lejos de encontrar un propósito propio, gran parte de las personas están dedicadas a recrear una estética o un sentido vital acumulando objetos de consumo que creen que les identifican. El valor del objeto y no del sentido del mismo, el enaltecimiento de la sobreexposición (si no te ven, no existes), la superficialidad de lo material, la abnegada admiración de corrientes alejadas del contexto de cada uno y el “aquí y ahora”; es el que guía las vidas de muchas personas en la actualidad al igual que ocurre con los personajes de la película. Por tanto, la cinta es el reflejo del vacío que inunda el interior de ciertas personas, que no pueden ofrecer nada de sí mismos más que una estética fotocopiada; relegando así su sentido vital a la posesión de cosas y su muestra al resto.

Qué mejor manera de reflejar esta situación encarnada en adolescentes, esos débiles seres humanos a los que la incomprensión les lleva a cometer alguna que otra barbaridad en la búsqueda de su sitio. En este caso los robos son muestra de ello. Ligando películas de Coppola, esto ya lo pudimos ver con “Maria Antonieta”, la reina adolescente que escapaba de la presión a su manera, o con “Las Vírgenes Suicidas”. Es una vuelta de tuerca al tema, pero ahora ridiculizando al personaje y a todo el engranaje que lo envuelve. 

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encanta encontrarme este post y más ahora que estoy en etapa Coppola.
¡Qué bien que la recomiendes-critiques, Serch!

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