Los seres humanos hemos cambiado más la forma de comer en 50
años que en toda la historia de la humanidad y creo que éste cambio se debe al
desconocimiento que tenemos sobre lo que nos llevamos a la boca.
Si le digo a alguien que los pollos tardan 49 días en
engordar 2 kg, que no ven la luz del sol, y que el propio pienso ya lleva
incorporado antibióticos para poder afrontar las enfermedades y problemas que
el pollo va tener en su corto tiempo de vida, quizás no se lo creería; o toda la cantidad de productos que lleva un tomate para encontrarlos en diciembre, todos perfectitos y con brillo (obviamente casi sin
sabor), y que el 100% de los españoles tenemos tóxicos en nuestro cuerpo, puede que se sorprenda. Y es que en España (y resto del mundo) tenemos esa asombrosa
facilidad de darle mucha importancia a cosas que no la tienen y obviar lo
realmente importante, y, en éste caso, también perjudicial.
Dicen que la edad biológica que tenemos depende en parte de nuestra alimentación, y la verdad que habría que preocuparse cuando casi todo
lo que comemos tiene estabilizantes, conservantes, pesticidas, y toda clase de
tóxicos que seguramente en un alimento esté controlado, pero que en la suma de todos
los productos que consumimos, se convierte en una bomba.
Resultaría muy complicado remover toda la industria
alimentaria (aunque sí que se debería dar un toque de atención) y puede que la solución
sea buscar alternativas. Por ejemplo: generalmente te va a ofrecer más calidad
un pequeño establecimiento que uno grande, si es de hortalizas puede que conozcas su procedencia, a parte de impulsar un poco la economía de
tu ciudad. Si tienes que ir a un gran establecimiento y quieres comprar carne,
siempre será mejor una de ternera que de pollo o cerdo, pero lo curioso es que
si miras la procedencia quizás venga de Irlanda o de cualquier otro país, cuando
sobra decir que la carne española le da 20 vueltas (a parte de seguir
impulsando la economía) y que repito, sabemos su procedencia.
La realidad es que hay veces que lo de comer me preocupa,
porque vamos a lo fácil, prefiero comprar en una gran superficie que lo
tengo todo a mano, a tener que hacer la compra del mes en 7 tiendas diferentes, o
comprar pollo que es más barato que ternera, pero la verdad es que
tanto nuestro paladar como nuestro cuerpo nos lo agradezcan.
Os dejo unos vídeos muy muy curiosos sobre éste tema
(RECOMIENDO VERLO).
0 comentarios:
Publicar un comentario