Papeles,
fotocopias, certificados, firmas digitales, más papeles y un par de
fotocopias más. Así se resume cualquier acto burocrático y es que
para cualquiera de ellos, por pequeño o absurdo que sea es necesario
tener como acompañante una mochila-carrito (de las que llevábamos
cuando íbamos al colegio), para poder portar en ella toda la
documentación que solicitan, la mayoría inservible.
En
los últimos meses, me he visto envuelta en más de uno, de dos y de
28.000 de estos actos, pudiendo asegurar que mis brazos están más
definidos tras llevar de un lado a otro tanta documentación. Pero
bueno, al final me encuentro feliz después de haber dado trabajo a
tanta gente si sí, pensadlo por un momento, desde el inicio: las
fábricas de papel y su personal, los repartidores, las empresas de
bolígrafos y material de oficina, las copisterías/reprografías,
todo el capital humano que se encarga del cuidado y limpieza de estos
lugares, la señora funcionaria que con su sello mágico compulsa
DNI(s), la otra que se encarga de que los papeles estén a salvo en
el estante de la oficina adecuado, los carteros y todo el servicio de
Correos y así un largo etcétera.
Y
no es ajeno este caso de los requisitos inservibles. Recientemente
nos hemos inventado otros trabajos como el de los certificadosenergéticos para las viviendas en venta y alquiler emitidos por
técnicos en posesión de titulación habilitante (arquitectos o
ingenieros) y que de no disponer de esta acreditación en el momento
en que se realicen una de estas transacciones, el propietario puede
verse envuelto en una broma en forma de sanción que oscila entre los
300 y los 6.000 euros. Así sin más, desde el 1 de junio tienes que
correr y desembolsar cierta cantidad (aleatoria pues depende del
profesional) para cualquier proceso de compraventa o arrendamiento.
Mientras tanto, me pregunto cual es la finalidad, ¿no se supone que
la vivienda debería contar ya con ello? La única explicación es
que se busca crear trabajos, mantener a la gente ocupada, nuevas
misiones que hagan sentirnos útiles en nuestro día a día.
Por
otro lado, paradójicamente, aparecen noticias como aquella que habla
de la primera hamburguesa artificial, carne elaborada a partir de
células madre extraídas de vacas teniendo como fin el 'bienestar de
los animales' y al mismo tiempo paliar los efectos de la industria de
la ganadería que según el patrocinador principal del proyecto,
Sergey Brin, cofundador de Google, y Post, el científico que ha
desarrollado la idea, genera un 20% de todas las emisiones de gases
de efecto invernadero del planeta, más incluso que el sector del
transporte.
Muy
bonito todo, pero ahora es donde surgen cuestiones que se contraponen
de alguna forma a las primeras líneas de este, llamémosle artículo,
¿Qué ocurrirá con el sector ganadero que ya de por sí presenta
una crisis crónica? ¿Qué será de los pastores, vaqueros, con las
fincas y la tierra? ¿Y con todas las familias que depende de esta
industria?
Contradicciones
de la vida que por una lado, en el mundo del papeleo nos hace perder
tiempo en realizar actos inservibles, en gastar parte de nuestra vida
fotocopiando papeles que en días estarán rotos en la basura (¡Ey!
Son ganancias para la los fabricantes de bolsas de plástico y
basureros) y al mismo tiempo nos siguen quitando parte de esa vida,
esta vez dejando sin trabajo a personas y dándonos de comer
bocaditos de mentira.
Es
evolución. No digo más.
Nota:
Sé qué tendré una charla dilatada con mi prima y su marido, ambos
ingenieros. Os explicaré mi teoría de una forma más detallada en
casa.
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