Hoy y dado que la final de Corina está a la vuelta de la esquina, más concretamente el lunes que viene. Los señores de Cuatro han aprovechado para ir presentando a los solteros de oro que formarán el elenco de la tercera temporada de ¿Quién quiere casarse con mi hijo?
Cinco solteros volverán a nuestras pantallas en su búsqueda por encontrar la fama inmediata el amor y así poder conocer a la que podría ser su nueva esposa o en el caso de uno de ellos esposo, ya que estamos ante uno de los primeros realities de parejas del mismo sexo de la televisión española, porque no vamos a poner como primer ejemplo el autobús de Next en el que se liaban todos con todos.
Alexis, el primer soltero, nos trae una gran novedad, en esta ocasión será un padre quien acompañará a su hijo y le asesorará en su búsqueda de la mujer perfecta. Claro que fuera de este cambio que introduce el programa, no parece que vayan a darnos mucho más de lo que hablar, porque aburridos son un rato. A pesar de todo, se trata de gente muy normal, que vive a pie de calle, humilde, que piden que cierren las tiendas para comprar solos, que eso del contacto humano con la plebe fuera del Club Náutico es muy agobiante. Tiburones del trabajo y adictos al lujo.
Desde San Vicente del Raspeig, y como la cosa del friki-virgen funcionó bien en la primera temporada, viene Víctor, que trabaja en una “hamburguesería de comida rápida”. Le encantan los peluches, los dibujos animados, los videojuegos y los animales, aunque estos últimos le rehuyen. Monaguillo, boy scout, escritor (porque ha escrito un libro y va por el segundo), su madre le compra los calzoncillos, todo un partidazo.
(Ojalá Jia Liu volviendo a buscar de nuevo a su príncipe azul)
Llega el momento del gayer, Roi, otro gallego, parece que hay mucho tiro por esas tierras después de la aparición estelar de Pedriño. Lleva un club con mamá y estudia una carrera random de diseño de estas de modernos. Surreal, fetichista de los zapatos, actualmente emparejado con su perro Moncho. Busca un chico de su rollo Hollywood-L.A.-Años dorados, no sabemos muy bien qué estilo es este, y sobre todo, busca un hombre sin pluma, porque él tiene la de los dos. En su presentación sale Poyeya, no sabemos muy bien por qué.
Ahora es el minuto de fama de Leo, el típico argentino empalagoso con algo de cara de Tom Hardy. Jugador de rugby pero trabaja en un pub, cabezota, perfecto (según él). Las discusiones entre madre e hijo serán un plus para el programa, no se callan ni debajo del agua. Quiere buscar una mujer para quedarse aquí en España y no volverse para Argentina.
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