29 nov 2013

Lady Gaga entregada a su público asiático


No le habíamos dado demasiada importancia a esta noticia hasta ayer mismo, que en grupo comenzamos a divagar y por unas cosas u otras, véase nuestra afición a noticias ridículas o a ver vídeos de Youtube sin descanso, llegamos al punto de las Silicone Dolls.

Lady Gaga, como siempre intentando crear tendencia, destacar, volviéndose loca, o a saber qué, ha decidido conquistar al mercado asiático creando su propia Silicone Doll, una muñeca a escala real que le ayudará en su promoción de ARTPOP. La nueva Gaga Doll, que además te reproduce el disco igual que Woody decía aquello de 'Hay una serpiente en mi bota', ya cuenta con sus primeras creaciones y ya hemos presenciado el primer revuelo en las redes sociales entre los Little Monsters. Lady Gaga, muy contenta con la presentación de su muñeca no dudó en subir a Twitter una foto en la que aparecía junto a dos de las Gaga Dolls.



A simple vista, podríamos pensar que no se trata más que de un simple fetiche para fans con bastante dinero, pero si ahondamos un poco más en el asunto, y siendo nosotros muy fans de Mi extraña adicción y otros programas de mierda, hemos cogido la grabadora, el bloc de notas y el lápiz, y disfrazados de periodistas hemos continuado la investigación sobre estas Silicone Dolls.

Estas muñecas, para quien no lo sepa, no son un simple adorno, o especies de maniquíes escultóricos que te adornan el salón, no. Son algo así como una especie de muñecas hinchables pero intentando llegar a ser lo más realistas posibles, aunque si queremos ser más precisos, leamos cómo nos lo explican en alguna de las webs donde se pueden adquirir las mismas:


Son realizadas por artistas especializados, cada muñeca necesita más de 100 horas de trabajo. 

Los cuerpos y las caras son creados por un diseñador y luego son moldeadas por escultores antes de la concepción de los moldes de producción.


 La mayoría de las etapas de fabricación son manuales: montaje y ajuste del esqueleto articulado, preparación e inyección de la silicona.

Luego las muñecas son cuidadosamente maquilladas, se les hace la manicura meticulosamente y se les inserta los vellos del pubis uno a uno...

Una larga fase sigue para obtener el último toque y dar un perfecto realismo a todos los detalles anatómicos de la muñeca.

Elaborada con tal pasión, cada muñeca es una creación única.

Y ante esta información, podríamos escandalizarnos y salir huyendo sobre todo después de haber visto las imágenes que siguen a ese texto en que las muñecas aparecen en todo tipo de posturas y como Dios las trajo al mundo, pero no. Porque nosotros somos fríos y duros como el acero, y las cosas no las contamos a medias, porque esto no se queda aquí, por suerte o por desgracia.

Existen casos en que los dueños de dichas muñecas crean una relación de pareja ficticia, en que tratan a las muñecas realistas como si de verdad estuviesen vivas, mantienen conversaciones y hacen vida de pareja, hasta tal punto que hay grupos de asiáticos "coleccionistas" de este tipo de muñecas, que se reúnen junto a ellas y pasan la tarde juntos. En uno de los capítulos de Mi extraña adicción muestran la historia de uno de estos personajes adicto a las muñecas. Pero donde mejor presentan este tipo de "relaciones" en tono de comedia, es en la película Lars y una chica de verdad, protagonizada por Ryan Gosling y donde cuentan la interacción del protagonista con una de estas chicas de silicona, y cómo la presenta como su pareja ante su familia, y el resto del pueblo, donde se ven todo tipo de reacciones. Es bastante recomendable. Aquí dejo el trailer:


No podríamos concluir de otra manera que con un:

¿Stefani en qué estabas pensando? 


2 nov 2013

La Filosofía y sus historias


Lo reconozco, nunca fui partidaria de Ética ni mucho menos de Filosofía en el colegio. Las clases solían ser largas, aburridas y los docentes no ayudaban a hacerlas diferentes. Tuve dos profesores, inteligentes y conocedores de la materia, aunque incapaces de transmitirnos la belleza que guardaba. El primero, se sentaba en su silla y nos hacía leer por orden hasta el final de la clase (una técnica que no estaba del todo mal porque, al menos, durante los minutos que te correspondía leer te enterabas de qué había pasado con Nietzsche y quién era aquél hombre llamado Kant). Y el segundo... En fin, el segundo.

La cuestión, es que no tuvimos suerte ni mis compañero ni yo con el profesorado. Quizás podrían inventar master classes con intercambios de buenos educadores entre colegios, básicamente por el tema de que los alumnos no se queden indiferentes ante ciertas asignaturas y explicaciones. Lo digo porque por otro lado, sí que existían buenos profesores, aunque en centros vecinos, especialmente uno que por lo que contaban era brillante y conseguía que sus alumnos comprendieran la asignatura desde el tema primero con el Mito de la Caverna de Platón. Si lo pienso hoy, aún me sorprende que alumnos adolescentes hablasen como lo hacían de aquél filósofo. Profesores y profesores, cosas de la vida supongo. Unos tantos y otros tan poco.

A pesar del panorama, y mi incapacidad de entendimiento hacía las asignaturas, he de decir que lo intenté y estudié por mi cuenta, investigué (no sé si invento, me pregunto donde lo haría ¿en la Encarta?) y finalmente di con un libro llamado El mundo de Sofía, escrito por el noruego Jostein Gaarder, que me prestó mi amiga Laura y que estuvo en mi casa unos 3 años (al final, lo recuperó). Con él su película, dirigida por Erik Gustavson, también noruego. Y ambos, sin saber bien cómo, comenzaron a despertar la curiosidad filosófica que hasta entonces dormía cuando escucha las explicaciones en clase.

A lo anterior le sumamos el concepto: Elia. No la conocéis, claro. Es una amiga qué resultó ser, chan chan chan, hija del profesor que debía dar master classes y qué por supuesto, heredó la curiosidad del padre por ese mundo. Así que, entre unas cosas y otras, las teorías terminaron por afincarse como lógicas en mi mente, haciendo que el concepto de sinsentido se tornara, a partir de ese momento, como absurdo.

Los años pasaron y un día me encuentro entre noticias que quieren eliminar la obligatoriedad de la Ética de 4º de ESO, la Filosofía de 1º de Bachillerato y la Historia de la Filosofía de 2º de Bachillerato con la LOMCE y con ello, llego mi indignación, pues después del tiempo invertido en dotar de razón a todas aquellas palabras, ahora deciden casi prescindir de ellas como si fueran innecesarias y no tuvieran aplicación en la vida real. Algo incomprensible pues la tiene, creedme, sí la tiene, porque la Filosofía, y las materias con las que se relaciona, no son únicamente autores e ideas, sino una forma de orientar el pensamiento, conocer al ser humano, aprender a reflexionar, empatizar. Es adquirir espíritu crítico, lograr capacidad de debate y con ella la de solucionar el mundo entre amigos con unas cervezas en la mesa.

La filosofía es razón, sentido, realidad, belleza, sabiduría, misterio, romanticismo, complejidad y sencillez. Es, como otros muchos afirman, pensar la vida y vivir el pensamiento.

Por eso, a pesar de mis idas y venidas con la materia, abogo parafraseando a Ortega y Gasset por sorprenderme, extrañarme, por comenzar a entender y de las misma forma, invito a todo aquél que se sienta mínimamente identificado con estas líneas a entrar en change con la finalidad de firmar por la vida de las ideas.